martes, 5 de noviembre de 2013

Me caben los festejos de puños apretados...

...no los coreográficos, o exhibicionistas que tanto buscan la gloria personal, si no los de garra. Como el de Parra hace menos de una semana, o el de ayer del pibe Vidal. Festejos de corazón, de maldecir a la malaleche, de sacarse la mufa de encima, de vanagloriarse por el esfuerzo, de humillar a la muerte que nos espera cada fin de semana para certificarnos que estamos y estaremos perdidos. No importa, es gol y a cobrar.

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