martes, 31 de mayo de 2016

La condición de Ser Grande

Con el final del campeonato y la vergonzosa paliza que propinó el Granate a San Lorenzo, el pool periodístico instó a pegar el fracaso de Almirón con Independiente. Enseguida, las voluntades destructivas sumaron ingenio y estadísticas. Así se confirmó que seis de los técnicos que pasaron por el Rojo, posteriormente fueron campeones. Salvo la honrosa excepción del discípulo de Lavolpe, todos evitan dar precisiones acerca del modo en que ganaron los otros, tras sufrir el karma o la expulsión del cuadro de paladar negro.
Porque lo que más duele aún, es el paladar. Esa metáfora cuya definición ya delimita una sensibilidad distinta:

Paladar negro: Dicho con sorna de alguien que tiene o pretende tener gustos refinados: tener paladar negro. Puede ser referido a la comida y bebida (sibarita), al vestir o a los gustos en general. Puede que tenga origen en la aparentemente falsa creencia de que los perros de raza tienen el paladar de color negro. 

El Rojo se caracterizó en los ochenta, en los setenta y antes también.
No vamos a ampliar la polémica, pero en una semana donde algunos promueven la diáspora en la AFA, recuérdoles las estadísticas que le dejó don Julio a Independiente. Basta con mirar cuántos campeonatos ganaron Boca y River durante su gestión, el cuervo en la última etapa de su carrera (ya mimado x Marce), ni que hablar del Arse (gozoso de ser caballo del comisario). Hasta el acercamiento con Néstor, mérito al FPT, le dio una chance al mismísimo Racing para gozar de una primavera kirchnerista.
Haciendo manifiesto el resentimiento de mi condición de amargo, creo que nuestro equipo deberá continuar atravesando su calvario hasta recobrar la memoria.
En este sentido, el Real podrá cosechar 11 Champions, Boca 7 libertadores, Palermo superar a Erico y nuestro vecino, sumar torneos amateur para relegarnos. Ah y San Lorenzo ser el equipo con más hinchas, según los obedientes y obsecuentes nuevos medidores de estadísticas.
Como solemos decir, que la cuenten como quieran.
Por lo pronto, si ganan después de abandonarnos, será porque nuestra vara es muuuy alta. En el caso de Almirón, confeso hincha de Independiente, quedó más que claro que el paladar negro fue descifrado, comprendido, asimilado.
Ahora nos toca a nosotros aunque la proeza no resultará fácil. Con Moyano a dos aguas, un bebote que persiste, los vaivenes del plantel, para Gaby será un viaje de ida. Que, aunque nos lleven la contra y dibujen números, bien merece ser recorrido.
Salud Rey de Copas.