lunes, 15 de diciembre de 2014

El pasto del vecino siempre se ve más verde

Me dice un amigo hincha de River y de Racing (sí, así como se lee) "A ver ché qué decís en Hidalguía roja, en el año que vuelven, tu rival sale campeón". ¿Y qué decir? Sí, ya sé, argumentos tenemos de sobra: que fueron cola durante nuestra ausencia, que la proveeduría Máximo K se portó como nunca, con 19 incorporaciones, que ganamos el clásico, que les llevamos 23 partidos, que River les jugó con suplentes, blablabla.
Y la verdad es que ayer se los vio más que temerosos, ni Ceballos haciéndole el campeonato de tobogán inclinándole toda la cancha, ni Godoy Cruz, cumpliendo el mandato de nuestro amigo en común Bragarnik, sin generar prácticamente jugadas de riesgo, sirvieron para que recién en el minuto 40 del ST se soltaran y empezaran a cantar...
Sin embargo, lejos de ser necios, nuestra obligación de hinchas rojos, es aprender de los errores y las derrotas. Errores que pagamos caros por soberbios, por eternos cancheros, por vivir de glorias pasadas. Es cierto que sobre rivalidades y golpes bajos estamos cabeza a cabeza. Los banderazos contra Cocca y Saja, dan cuenta de ello. Pero a veces saber callar, es un mérito y nosotros, como diablos heridos, contamos con mucho blableta engreído, dentro y fuera del club.
Y si en algo estamos en deuda es en no haber aprendido de los Militos, ellos, sostuvieron a su estandarte, nosotros lo dejamos ir. Por ahí, Moyano dijo que el Gabi no le llegaba ni por asomo a los tobillos de Trossero o Villaverde, mucho menos al del Chivo Pavoni. Pero el sacrificio, la humildad, su enseñanza, abrió un camino de esperanza. Camino que quedó trunco con su partida y que no se encarrila con solo gritar los goles del Kun en el City.
Felicitaciones a los vecinos, esos que hace un año y medio, haciendo abuso de autoridad (igual que ayer con FPT, hay que decirlo) se jactaban del partido de Quilmes, apagaban el estadio para mofarse de nosotros. Hoy parece que hacen mejor los deberes y tras sufrir la canchereada, comprendieron el juego. Y como se trata de juego, reconozco que fueron mejores. Pacientes, cautos, confiados, sacrificados. Hasta Centurión se calzó el overol, resignando gambeta prepotente por marca. Sí, ya sé, el paladar negro no permite estas cosas. Pero a nuestro paladar se le envejecieron las papilas degustativas y, el Bocha que eludió a 8 jugadores contra Peñarol en Uruguay, no existe más.
Felicito a los Capusottos que no entienden eso de bajar los brazos, a los soñadores amigos del barrio que se bancaron estoicos por décadas nuestras cargadas, pero siempre rescatando a jugadores de buen pie, tenga la camiseta que tengan. Felicito al campeón de 2014, en un torneo que estuvo bueno y que nos ilusionó después de retornar del verdadero y literal infierno.
Ojalá como vecinos, aprendamos a defender los clásicos desde otro lugar. Ojalá Avellaneda esté de fiesta por ser más que el lugar de paso a la CABA y recupere el espíritu de laburantes que soñaban con un barrio mejor para un país mejor.
Ahora, con los "favorecidos" (no voy a dejar de quejarme de los beneficios extras de algunos flamantes acomodados en la AFA) tendrán la chance de jugar todos juntos la Libertadores. Y eso, como hincha del Rojo duele también. Nosotros deberemos conformarnos con participar de la hasta hace poco devaluada Sudamericana, Fox castigadores mediantes (descubrieron el negocio recién este año). Pero tranqui muchachos, sólo uno la gana, para el resto, quedar en el camino será mierda.
Ya está, Hidalguia saluda al vecino y lo invita a un partidito, ojo que si nos ganan, a lo mejor nos toca a nosotros ganar el campeonato. Palabra de Cocca, no?


miércoles, 10 de diciembre de 2014

El escudo ante todo ¿lo qué?

Mientras los partidarios obsecuentes hacen filas con la ilusión de renovar la pauta moyanista para el 2015, los periodistas olfas se pelean por dar la primera lista de limpiables de Independiente. Por supuesto Tula lidera la lista, con lesiones y yerros varios. Claro que en verdad, los que partirán, contradice al discurso noble y gremial de un líder sindical que tiene más de rey que de dirigente colectivo: tipos que bancan al plantel, que intentan dejar alguna enseñanza y que, aún en la senda final buscan reivindicar el camino recorrido, Pocho, Rolfi, el mismo Penco, orgulloso de los colores, Vidal, ¿Bellocq? ¿Pisano? ¿Ruso?
Como sea, que la memoria los borre cuanto antes, pensará esta "lúcida" y personalista comisión.
Paradójicamente, quien lidera al "nuevo" Independiente, lo hace desde el gremio (donde se firmaron renovaciones varias y se cocina la futura torta), como un cacique.
No porque la cultura indigenista sea errónea en si misma; bueno, para salir de metáforas evidentes, mejor pensarlo como un Hoffa, mandamás que busca el bien común, bah, otro don Julio, hábil en las batallas callejeras, pero más de cabotaje.
Ahora cocinan todo borrando nuestros nombres propios, para transformarlos en metas incalculables, creen que el prestigio se compra. Que la hidalguía es darles una pensión a la viejas glorias rojas, borrar lo logrado hace unos meses como sea y a lavar, a lavar mi vida.
Así Almirón suma sus conocidos de Godoy, espera llegar al número 18 (más o menos los jugadores que contrató su rival Cocca) para dejar contento al otro jefe en las sombras.
¿Y el Rojo? Bien gracias.
Escucho audiciones que se hicieron puristas con Milito y cantaron eso del Escudo ante todo, para mejorar su imagen. Mentir para durar.
El padre del Kun no ve la hora de que la siembra de nuestro último ídolo exquisito, salpique a los pibitos que le siguen, aquí o donde sea.
Por eso cuando hablan del escudo, uno no puede dejar de pensar en ¿lo qué?
Seguramente, cambiarán Libertadores de América por Ricardo Bochini, con justicia y de paso, nos cuidamos el culo.
A ver si los bosteros, hábiles en esto de hacer negocio, nos igualan y el nombre del Estadio, que emulaba un propósito más grande, queda castigado por estas tres (nuestras) décadas infames, futbolística y administrativamente hablando.
Encima se mueren por sacarse de encima a Federico Mancuello. El único que con sacrificio trabaja para ser referente y dejar algo.



Acaso la nobleza no sea más que una fallida metáfora de tipos que soñaron con un club grande en serio.
Como papeles en el viento.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Demonizándonos


Pero entonces, ¿cómo recuperar la mística en estos tiempos? La verdad, amigo, no me queda claro. De a ratos uno siente que todosloscuadrosdemás se mofan y hacen leña con nosotros, las últimas designaciones en la AFA son un ejemplo: Tinelli, Lammers (Comunicación y tesorería), Boca y River (vicepresidencia I y II), Victor Blanco (presidente del colegio de árbitros), ¡¡qué mejor premio para nuestros siempre llorones vecinos!! y encumbrados campeones, propina de la década ganada (Máximo, Bossio y Cia) ¿y nosotros? NADA.

A no llorar, que es cosa de cobardes, de ventajeros. Sí, en cambio, a revisar lo que estamos haciendo mal. Demonizándonos con la falta de sentido común interno: dejando ir a Milito, pensando que renovar a la gente de la cantera, es el mejor negocio para venderlos cuanto antes (¡cómo duele que todos los que nos odian, estén relamiéndose con una posible venta del Fede! y que la CD, trabaje en eso)
Más que demonizarse, huelga decirlo, lo del sábado fue terrible y tiene que servir para hacer del juego un mejor espejo. Infantil en sus resoluciones, el "ambicioso" Almirón, de a ratos parece un chico, con esto de ser previsibles en la salida, e ingenuos en el ataque. El tipo parece buena persona, condicionada por convertirse en la espalda de la antipática y difícil función de sostener a un dirigente como el camionero, pero peca de soberbio cuando alude a su experiencia como jugador, como quien no permite que sus dirigidos suelten sus alas.
Qué no jodan con incorporaciones, que miren para adentro. Que miremos para adentro.
 

El pecado de volvernos impredecibles

La vida, o mejor dicho, el Rojo, tiene esas cosas. Desde hace treinta años exactamente, nos volvimos impredecibles. Acaso por eso, después de escribir un post abriendo una puerta para nuevos hinchas de Independiente, uno se encuentra, si no al borde del precipicio, transitando el medio de la nada.
Y no hay que exagerar, cuando hoy a la tarde, los máximos exponentes que la memoria de los diablos (y la vejez) jueguen su partido de autohomenaje (con el Bocha, Percudani, Trossero, a la cabeza más el resto que supimos y sabemos recitar de memoria), al hincha se le cruzarán los años de la democracia, la gesta heroica contra los ingleses (sí fuimos primeros, antes que el Diego) y un sabor amargo, que va más allá de nuestra fama y paladar negro.
Porque lo que vino después poco tiene que ver con estas efemérides constantes que colegas saben rescatar y conseguir entre noviembres y eneros. Sí, ya sabemos que el equipo de Brindisi nos deleitó, después de quejarnos de aquel de Solari. Que el 2002, nos devolvió por un ratito la confianza, para simular una sequía de intermitencia y mediocridad futbolera. Que lo del Turco y la Sudamericana fue una quimera, pero no menos loable que el último mediocre campeón de la libertadores que se jacta del marketing antes que del juego.

martes, 18 de noviembre de 2014

La tele habla (desde television.com, se despejan dudas)

TORNEO INICIAL

EquipoPJRating    
River
14
18.0
Boca
15
17.1
Independiente
12
10.2
Racing
15
8.3
Arsenal
41
8.0
* Se contemplan solo canales de aire.

lunes, 27 de octubre de 2014

Calor olímpico y superador

El sábado fue la tercera. Tercera vez en un torneo que vamos de local y que, gratamente el Rojo, sigue sorteando aquel primer encuentro que despertó una ilusión con Rafaela. En esto de buscarnos mufas, con Saverio podemos decir orgullosos que asistimos a los tres mejores partidos de Independiente del torneo Transición. Rafa, Rosario y por último Tigre.
Llegamos desde casa bastante calentitos y no sólo por los treinta y pico amenazantes. Cuestiones domésticas al margen, sin embargo, el calor ayudó a coronar de esas tardes soñadas. Mi hijo quiso un gorro y yo recordé aquel que me compró el abuelo Pascual, cuando fuimos a recibir al equipo después de la gesta heróica contra Talleres de Córdoba. Había que saludarlos como héroes y los que no pudimos viajar, quisimos ver la vuelta olímpica y agradecerles el esfuerzo. Entonces, el viejo que oficiaba de paseador del crío en reemplazo de mi padre (distante, bostero, bah, ausente) gastaba siempre lo que no tenía para verme contento. De hecho, cuando allá por mis ¿6 años?, me chorearon la bici, Pascual supongo que resignó las extras de Rigolleau y me trajo una para reyes. Lo cierto es que ahí andábamos los dos caminando por Alsina, felices por aplaudir en vivo y en directo al Bocha, a Outes (nueve rústico que a mi me encantaba) y todo el equipo que sabía de memoria, mejor que la tabla del doce.
El abuelo me compró un gorro que duró unos minutos, un manotazo desanimó la celebración, pero lo que llegaría después relegaría la mala leche del otro forro hincha rojo. Lo concreto es que el aplauso de la vuelta cerró con Bertoni tirando su botín, obsequio que estuvo ahí de mis manos si no hubiese sido tan pendejo.
Ahora o mejor dicho, el sábado 25, Saverio se lleva con orgullo su gorrito para ganarle al sol. Yo advierto como viejo choto en esto de que no se lo choreen, acaso por ese estúpido reflejo de que no le pase lo que a uno. Nos sentamos en el mismo lugar que contra Central, ahí está ese muchacho, medio barrita para las canciones, pero con cara de bueno. Dos filas arriba, un enano facho puteador (no por petizo si no por su discurso), el gordo desbocado, sólo elogia a Gastón que viene a ser Daniel Rolfi Montenegro. A Tula lo quiere mandar a China, recuerda las cagadas de Cantero, se enoja cuando la gente aplaude un pase y uno no entiende del todo eso de que los melones en el camión se acomodan solo. No tengo nada que ver con el chabón.
Me ensaño con Abal porque no puedo entender cómo hace un referí para inclinarte la cancha. Después en la tele veré que se comió lo evidente. 40 segundos exactos pasaron del primer "Vamos rojo", que casi a coro gritamos con mi hijo cuando empieza a rodar la pelota, como un ritual arcaico. En esos 40, Pizzini logró un corner y el primer gol de cabeza, confunde al afortunado, me gustaría que fuera Tula (aunque yo también lo puteo), pero no, es Lucero, gol de un nueve. El rojo juega de los mejores primeros tiempos que vemos. Sorprende el orden, pero también los movimientos, si debe retroceder, el equipo se abre como un abanico, si recupera el balón, se cierra como un puño y lastima. Increible la coordinación que luego el FPT ratificará con un 64 % de posesión del balón. El dos nuestro vacuna al 9 de ellos, Rincón Jr. De él le hablé a Save en la previa diciéndole que era de temer, que su padre fue responsable de la vergonzosa caída de la Selección contra Colombia. Igual, resultó tan intrascendente como el delantero de Rosario, también extranjero.
Supongo que, aunque el marketing del último milenio los vinculen con Boca, el respeto por el rojo de colombianos, peruanos y otros vecinos, se remite a los relatos de sus respectivos abuelos. Entre el palomo Usuriaga y Mondragón, habrán contado las leyendas surgidas desde Avellaneda.
Empate en offside (orsay) que nos lleva a no mirarnos filialmente pero a saber algo de esa historia de desencanto. Puta, justo cuando debe haber sido la primera vez que con mi hijo veo ganar al rojo de entrada y rápido. Encantadoramente, Lucero pone el dos a uno antes del cierre del primer tiempo y a mi me encanta que el técnico más meticuloso con las jugadas de pelota parada, ese que nos tuvo a maltraer desde Arsenal, se vaya caliente al vestuario, con la boca pastosa de su propia medicina.
El segundo es bárbaro por la puesta en escena entre el Rolfi y Fede, hay una idea de tiro libre donde Mancu se va haciéndose el nabo para recibir el pase sutil del 23 y arrojar un centro ajedrecístico (aburro con esta palabra pero por ahora no encuentro otra manera para describirlo), comba cruzada para Lucero y aaadentro.
La pausa lleva a todos a ponerse bajo techo, el sol no tiene piedad. Tampoco los bomberos ni el árbitro cuando la gente los increpa por un tipo desmayado. Así como hay muchas historias de desalmados, también hay tipos que piensan en los demás, pero nadie repara en eso. Cansadas las 30 mil almas de que el árbitro sea un nabo y que los voluntarios no aparezcan, aflora el "bomberos hijos de puta" y el desprecio musical consigue su objetivo: así asisten al desfallecido y manguerean a los que pueden para aplacar el desatino.
El segundo tiempo sigue igual, Lucero erra lo evidente y dan ganas de putearlo, por obvio, por reflejo, pero los goleadores son así. Pisano entra por el otro Pi, se luce con un par de caños y yo lamento que al Rolfi no lo viven tanto como a Fede, los dos con Jesús Méndez están jugando un partidazo. #mancuellofacts hace lo que venía anunciando, su gol olímpico y mientras ahora escribo me juego a pensar qué bueno sería coronar el año con una vuelta olímpica, de esas de guapos.
La tarde pela su primera sombra. "Cada vez somos más", observa Saverio y se nota que los triunfos siempre llaman. Cada vez más, se ratifica en la caminata a la salida, en el Alto Avellaneda, en la piba del kiosco portando la roja. Oasis suena después del enfermo comentarista de la radio que escuchamos a veces en el regreso. Enfermo por lo fanático, pero también por su sobadísima pose moyanista, que siempre me hinchó las bolas. Hay que cuidar a los auspiciantes, claro está. Oasis, decía suena, Save regresa orgulloso con el primer Cd y yo espero que el Kun, haga honor de su condición de noble referente rojo y traiga a la banda de Manchester para que toque en el Libertadores. Ya sé, habría que elegir mejor a los Redondos u otros, pero así cerraríamos la historia y con las cosas que a nosotros nos gusta. Los otros del rojo que rompen (a propósito, Bebote oficiaba de patovica en la entrada), que escuchen a Cadenita (Capusotto mediante) o a quien se le cante.
Ahora al próximo partido para superar la vara, como se dice. Con calor, a contramano, cargándonos a los otros engreídos, a los que  nos odiaron de siempre (grandes o chicos) para una nueva gesta.
*Comentario aparte para Jorge Almirón: me estás cerrando el pico, qué bueno que la audacia sea anónima, que los nombres propios se vayan haciendo otra vez, como esta nueva manera de reescribir la historia de #Independiente. Gracias don Almidón.

viernes, 17 de octubre de 2014

Y si se lo dedican al Pocho???

Ya está, el tipo congelado en el banco por decisión de los gordos, puso en evidencia con el último apriete la falta de voluntad por sumarlo al juego de Almirón. Interesante el lavolpista en un sentido, aunque se nota cuando se ve forzado a "cumplir órdenes". Esto que es evidente, podría convertirlo en un buen tipo, pero la condición servil de las circunstancias, empaña todo lo bueno
o lo que sabe. Lo concreto es que al DT le piden un esfuerzo y el hombre, que de la noche a la mañana (en apariencia, claro está) se hizo cargo de nuestro club, mejoró los deberes. Ya está, el Pocho
ni al banco. Lo venían midiendo, también es cierto que el tema físico en su escasa participación demostraba el paso del tiempo, pero Fede Insúa fue importante en el ascenso (también sufrió bastante banco con De Felippe), en la Copa Argentina y, si prefieren, hasta en el mejor partido del equipo en este torneo, contra Central. De paso y ya que estamos, podemos preguntarnos qué tiene Martín Benítez (o a quién le pertenece su pase) que tanto insisten con ponerlo y nunca demuestra nada.
Como sea, mañana contra el Cuervo, en una parada brava por lo que significa el rival: Marcelo, libertadores, los jugadores que nos choreó ante una eventual incorporación (Matos, Caute, Yepes, etc), en esa parada, decía qué pasa si SuperMancu le dedica el gol a su homónimo compañero? De hecho, aún con la presión de la dirigencia, el mejor jugador del torneo, bancó a su ídolo y consejero "Es un ejemplo a seguir, un tipo que llega primero y se entrena hasta el final, aunque todavía no haya tenido una oportunidad", supo decir (para vos Almidón) Qué pasa si todos lo van a buscar y lo abrazan? El defensor de los laburantes raja a todos?
Hay un tema sin resolver en Independiente y tiene que ver con cómo digerir nuestro deterioro, sin abandonar aquellos gestos que nos hicieron grandes. Hoy somos más pueblo que antes, somos, si se quieren y que me disculpen los polacos de la platea, más grasas, más negros. Ahora el problema es cuando ésta condición se aleja del sentido social o de clase. Entonces, en lugar de querer lo mejor para todos, obramos como feudos, con capos y obedientes, esclavos y reyes.
Moyano viene haciendo cosas, dicen (de a ratos decimos) y en esa idea de "hacer cosas", que le cabe a él, al kirchnerismo, al propio Pro, según la vara que se use o cómo se mida, habría que intentar ser un poco más precisos. Los mocos de Cantero no son cheques en blanco y a los ídolos (históricos o de tranco más corto como Insúa y, si me permiten, hasta el propio Milito), se los debe cuidar.
Seamos coherentes con los gestos, con los mensajes. A mi no me gustan los partidarios que ahora la dan de empresarios y miran el balance y sacrifican a todo el plantel como peones de plásticos de un ajedrez made in China. En estos últimos meses una de las frases que más sale de Avellaneda es "hay acuerdo de palabra". Acuerdo que sólo se logra con la confianza. Ojalá que el efecto Insúa, no salpique al Ruso y a Mancu, entre otros. Aunque con estos, muchachos, nunca se sabe.
Yo si el sábado juega en la reserva de Milito, al Pocho lo voy a alentar. Porque además de todas las hipótesis y  mierdas que se digan, él también tiene buen pie. Y eso, hoy escasea. Y el rojo, supo ser escuela.

martes, 7 de octubre de 2014

#Mancuellofacts

Me gusta la idea que tiró uno vía twitter de un Mancuello potente. Si la Maschemanía divirtió y ratificó el plus del jugador en el Mundial, la de Fede es más nuestra.
El tipo no sólo se manifiesta en un juego que desborda y supera lo previsible y esperado, callando a propios y ajenos en esto de no medir techos a partir de su evolución, la forma de expresarse, también merece un capítulo aparte. De hecho, ayer, lo que pudo haber sido una gastada de un línea:
"Qué pelota te sacó, eh", la coronó con esa revancha personal que día a día, silencia hasta a los más cancheros.
"No importa, ahora se lo hago olímpico".
Claro que el subtitulado de Fede Andrés, al momento de las cámaras fue cauteloso. Acaso consciente de que si algo caracteriza a las cámaras que cubren a Independiente, es la falta de piedad, al momento de reinterpretar los dichos de sus jugadores.
"El línea me comentó sobre la atajada del arquero y como el fútbol es tan lindo y se trata de divertirse en medio de tanta tensión, le hice una joda a propósito de la manera de patear el córner.
- Tu compañero te quitó el gol?
- Sí, pero también es bueno para los chicos que entren, ganen confianza y sumen para el equipo.
Qué nadie lo dude, si algo distingue a Mancuello es su generosidad y una modestia que algunos podría suponerla como falsa, cuando en realidad, se ajusta más a quien sufrió sistemáticamente palos por doquier.
Por que, qué caracteriza como pocos al hincha de Independiente de los últimos tiempos: el sufrimiento en soledad. Bueno, aquí lo tienen, un solitario quijote, demostrándonos que los molinos de viento, en realidad se volvieron monstruos y que él se encarga de acomodarlos, cual patitos. A todos en fila.
Si Fede dice, "me dio bronca no llevarme los tres puntos", eso significa "quedate tranquilo, no te voy a dar el gusto de la respuesta fácil y conformista que esperás", si le tiran sobre su particular presente, él lo reconvierte con "este equipo y esta camiseta es demasiado grande y merece lo mejor de todos nosotros".
Si le hablan de un potencial pase al exterior, retruca "voy a hacer lo que mejor sirva para el Rojo, si me voy quiero que a Independiente le quede lo que mejor le sirva".
Los que apuran su pefil y lo piden la selección, él los calma con un "si hago las cosas bien en mi club, el tiempo irá mejorando para mí".
Así el hombre.
En tanto, el Rojo va aprendiendo de sus errores, los pibes sufren sus tropezones, pero hoy podemos decir que son pibes. Si algunos buscan espejos en el último Newells, o el cuervo, hay que aclararles que Bellocq no es Lucas Bernardi, ni el pelado Mercier, pero va aprendiendo. Que la defensa debe ser por lejos, la más joven del torneo. Que el Ruso bate récords del mismo modo que aprende de sus propios mocos y que la doble Pi (Pisano, Pisini) ganan minutos, para emular al uruguayo Alzamendi y la Porota Barberón. ¿Por qué no?
El camino es muy largo, vamos en cada instancia sorteando nuestros fantasmas. Si el rojo hace cuarenta y pico de años que no gana en Mendoza y ayer el público neutral enloqueció con su levantada y hasta le puso clima de Gaudio en Roland Garros, cuando estábamos promediando el segundo tiempo con uno menos, por qué no pensar que la evolución será de manera escalonada. Así alternaremos buenas y malas, pero aprenderemos de la mala. Como nuestro gladiador de carne y hueso #mancuellofacts. El, con Milito, ya voy corrigiendo nuestras miserias y, como es costumbre para Independiente, escribiendo la historia de un fútbol que siempre intentó ser único e irrepetible. Ese de las grandes proezas.

sábado, 4 de octubre de 2014

Una ilusión de siete puentes

Del gran juego del ya lejano triunfo ante Central, podría quedar mucho menos, después del golpazo en San Juan contra los pinchas (sí lo hicieron otra vez), que nos sacó la ilusión copera tras expulsarnos del hasta ahora torneo ninguneado argentino. Si hasta ya escuché a los partidarios pasar de la gloria al que se vayan todos en menos de 72 horas. Así son los histriónicos/histéricos de Campanas. Pero no me voy a colgar en ellos.
Del 2-0 me traje, por ejemplo, algunas fotos: un abrazo cómplice con Saverio que desde hace meses se volvió código obligado, como quien con las malas y todo, entiende que hay esperanza al final del camino.
También una modalidad divertida de la caminata a la salida, la de cambiar por ejemplo hamburguesa con cebolla por hambur y huevo. El ingenio de los muchachos por atrapar el paladar negro, no descansa.
También me traje una foto con mi hijo mirando los Siete puentes: 2 y 4, 2 o 5, según el andar distraído. Y todo lo que refiera al número bíblico, entusiasma. Además de nuestras 7 libertadores, claro está. Uno recuerda las caminatas, la desgracia del Mono, el milagroso e impagable desafío de recorrerlos en bicicleta, hasta desembocar en Pavón. En este juego arbitrario de los puentes y los números, me gustaría pensar que nos quedan 7 obstáculos por sortear, para finalmente madurar y aprender de los errores.
De hecho, escribo esto 24 horas después de que los últimos referentes de mi Club, pasaron por un club cuyano y dejaron juguetes para los chicos. Qué bueno que suceda esto, más allá de marketing, o lo que quieran llamarlo. Qué bueno que un club tenga un fin social y sepa separar lo eventual de lo importante.

 Federico Andrés @fedemancuello · 19 hHace 19 horas Linda tarde en el Hospital Rawson. No hay nada más lindo que la sonrisa de un niño
El tipo va más lejos de los estrategas y oportunistas. Ahora, mientras todos esperan un superclásico superinflado. Nosotros miramos el único cambio rojo. Pensamos que las siete plagas pueden ser pasado, que siete notas musicales son suficientes para hacer sonar la música que nos gusta. Y que lo de los siete pecados capitales, bien podría tocarle a otros, porque pagamos y pagaremos.
Siete puentes ahí, enfrente del Libertadores. Se recorren, se suben y se bajan. Son con adoquines, a prueba de temerosos y blandengues. Pierna firme y templada, también se necesitan para pedalear y superarlos.




lunes, 22 de septiembre de 2014

Digerir el cacareo

(Escrito post insomnio de un lunes más realista)
Faltan escasos minutos para que arranque el partido. Se retuitea la audacia prometida y escrita desde el micro de Almirón:
"Camino al monumental , no hay presión la presión genera desconfianza , nosotros vamos enfocados en ganar nuestra confianza es inquebrantable" y el juego motivador entusiasma.
Después, la sola imagen del Monumental atempera los ánimos. No sólo por las resultados y las estadísticas (coincido con el DT rojo, en esto de que "están para romperse"), sino por la frialdad que caracteriza a este estadio. La veo venir desde el ingreso de mi equipo. No entiendo como pueden llamar pecho frío desde esa heladera. Mezcla de foso gigante, el lugar (a no olvidarse) fue reformado por los milicos para el Mundial 78. Bue, tampoco hay que hacer una crónica de tal tipo, pero el frío siempre se percibe.
De golpe repaso algunos de los recitales en el lugar: uno extremadamente perfecto de los Rolling que me dejó poco y otros dos valiosos que a medias terminaron aclimatándose al marco hostil: Waters y Paul. El Beatle, sin embargo, por suerte no llegó a aclimatarse.
En cuanto al fútbol, recuerdo la noche en que el Zurdo López, silenció al canchero de Ramón, en una semifinal de Supercopa, igual de primaveral pero lógicamente fría. Ganamos y en aquel momento uno pensó cómo celebrarían los locales en caso contrario en este ámbito donde las voces de las tribunas no terminaban de bajar nunca.
El encuentro se da dos horas después del silencio que quedó en la redacción con el empate en tiempo de descuento de Banfield, que dejó furiosos a los bosteros de Deportes.
Algo menos, del primer bardeo de amigos faisbukianos que se jactan de su paternidad y que comienzan a eticarlo a uno con cada festejo. Festejos que no leeré. ¿o acaso el único derecho que nos queda es darle me gusta a cualquier taradez
Aquí y ahora, el Ruso Rodriguez ingresa con el resto. Hay papelitos, piso mojado, ya es costumbre y cuatro minutos de gracia antes del primer gol de la gallina. Un centro-tiro libre del delantero con nombre de chiste tano, pone las cosas en su lugar. No habrá goleada en cero a favor del rojo.
"Ya está lista la motivación del visitante para dar vuelta el encuentro como en partidos anteriores", me digo en esto de ir acostumbrándome a lo peor. Es raro, pero uno se va acostumbrando a lo malo y sabe que la suerte se da cuando se intenta revertir (o al menos empatar) desgracias con una más previsible realidad.
Escribo desprolijo o mejor dicho inconexo, desde la calentura, como debe ser, con el partido liquidado y los sueños trucados o troncados. El juego se hace difícil, la facilidad de hace 7 días donde el Ruso eludió a un delantero, se vuelve una torpeza de riesgo que, para nuestra fortuna queda en nada.
A esta altura uno lamenta que la audacia de las palabras de Almidón, como le gusta llamar al DT, una hincha colega vía twitter, no se haya traducido en los once iniciales. Pizzini espera en el banco, Pisano, siente el peso de la titularidad y los centrales ratifican que es de guapo defender, pero de arriesgado o delirante, hacerlo con los pies, si no sos muy virtuoso.
¿Y ellos? Ellos celebran, nos ningunean como siempre, pero también son arbitrarios, como buenos hinchas, nos recuendan la B, un año después de sus desgracias. Gallardo, osado el guardiolita del subdesarrollo, luce un pulovercito rosa y si la memoria no falla, uno recuerda el relato del Beto Alonso con su fitito del mismo color. De ahí, a su dudosa sexualidad, siempre ensalzada por los contrarios, hay un pasito.
El fútbol te vuelve insolente, a los talentos por sus permisos y a nosotros, por la intolerancia, frente a la adversidad.
Mancuello hace lo que puede. Al menos no agacha la cabeza como le enseñó el Tolo y va más lento y criterioso. El Rolfi quiere hacer cambios de frente pero nadie se muestra demasiado. El pobre pibe Villalba la pide siempre, a riesgo de perderla idem. Bellocq podría ser patrón si no tuviera un tandem insoportable como el de Rojas-Kranevitter-Sánchez. Igual los dolores de cabeza vienen a sus espaldas, antes que de frente. La dupla de centrales no entiende nada, no sabe interpretar aún el fútbol mexicano y compromete a nuestro arquero.
El primer tiempo casi se extingue y viene el segundo. Un colega, de River él, baja el monto de la cifra que intentó apostarme pero yo me río y la descarto. No quise apostar. No todo es guita en la vida. O la falsa idea de bancar lo propio jugándote los billetes. Ojalá lo entienda Moyano, también. Su escasa chequera cuando lo necesitábamos ahora resuelve soltar de a 400 lucas con cada clásico. No es justo para quienes la sudaron jodida y no va a ser una salida fácil ahora, sólo por poner un morlaco encima del otro.
El descanso llega con el corte. No sé por qué pero entre el resumen y el resultado, sospecho que la tanda de FPT me va a resultar insoportable. Ahí está feliz Pollo Vignolo sonriéndole al hoy atinado "bocaesuncabaret", Latorre, medido pero siempre remitiéndonos al equipo de enfrente a todo hincha de Independiente (¡Pensar que Cantero lo tentó para ser nuestro manager!)
El cambio cantado es el que no se animó Almirón durante el primer tiempo: Pizzini x Ojeda. El inesperado, a diez minutos de jugarse en el segundo, es el de Jesús Mendez por el Rolfi. Injusto para el 23. El técnico lo expuso ante los suyos, ante los hinchas rojos y ante los gallinas, con el consabido y esperado chiflido de todo el estadio. No lo merecía. Montenegro podía haber dado alguna otra oportunidad y fue el único que se animó a calentar el clásico minimizando los recontramultiplicados elogios de los chupamedias de turno.
Asumo que la vuelta del laburo a casa es mejor que seguir en un lugar que me deja poco y nada. Escucho al devaluado pero querible Victor Hugo, en lugar de otras radios partidarias que a veces "suenan de la contra", diría mi abuelo. El toque y toque de River en la solitaria ruta apenas se banca. "Vamos, Rojo", le grito a la radio, vamos que se puede, buscando que eso que llaman energía llegue a destino.
Son ocho los minutos de ilusión. Los nombres habituales del partido, se transforman en los nuestros. Bellocq manda un poquito más, Villalba resurge en el relato, lo  mismo que los Pi (Pizzini y Pisano) y Riaño. Será Fede, sin embargo, quien escupa el grito de gol desde mi boca.
El black tiene varios mensajes y yo imagino los dos primeros, en relación a la contra y el último, de Gabriela me dice "Vamos". El grito, en solitario, quiero que lo sepan, también está bueno. Encima los silbidos de los locales se enmudecen con el amenazante empate.
Llegar a casa y la mano gallina que no se cobra, deriva en un moco de Tula. Si nuestra esperanza de creación carga con su diminutivo (Pisanito), ya es momento de rebautizar al central como Tulita. El tipo siempre remite a un gladiador que vaya a saber por qué boludez, se dejó en la celda su espada y salió a la leonera con lo que tenía puesto.
El curso de las cosas se va torciendo a la realidad esperable (para ellos, claro) mi diario de lunes, anticipado, dejará sin remedio lugar a otro más palpable donde los buenos son ellos y los malos, como debe ser, los nuestros. River tiene ganas de sobrar la noche y pone a sus pibes sin resultado. En cambio Mora, tras recibir un pase cruzado, la toca por arriba del nuestro y cierra el cortejo aunque falten diez.
No entiendo cuando un delantero celebra apuntándole o disparando a la tribuna. Copia vernácula de otros distinguidos jugadores del mundo europeo. Como sea, Mora debió haber disparado a los de remera roja, del mismo modo que con ese tirito exquisito.
Veo su festejo, el de Teo (del tercero, tras robársela a Tula) y recuerdo algunos exponentes propios del pasado. Extraño a Percy Rojas, ese peruano que daba placer ver como puntero y que el defensor bilardista Camino, colgó en el partido clave de eliminatorias ahí también en el monumental. Nunca me entró en la cabeza aquella estrategia a favor del equipo de mi país, a los dos o cuatro minutos del primer tiempo. Teo, en cambio, me remite a nuestro Palomo Usuriaga. Y entiendo que desde que Sombra nos dejó, al Rojo no volvió ningún delantero con ese swing.
Nos faltó/a swing.
Lunati, cuenta Tití contento, lo termina a los 45. Y yo quiero seguir viendo a mi equipo intentando, por más que a River le anulen el quinto en clara posición adelantada. Pero no, el árbitro que en toda su historia nunca echó a un jugador riverplatense, no adiciona nada.
En casa mi hijo guarda la bandera porque mañana debe levantarse temprano. Tendrá (o mejor dicho hoy tiene) apenas dos horas porque el de geografía le avisó que el lunes no viene. Pienso en su espontáneo fin de semana largo. El de su profe previsor, claro.
También pienso en mi intendente contándole a los pibes del politécnico una semana atrás que esa es la mejor escuela del municipio.
"A todas les dice lo mismo", me ratificó un padre vicedirector de otra técnica, también este fin de semana.

¿Cómo se analiza un baile?, me pregunto. Bueno, los medios se encargarán de ir respondiéndome con el correr de las horas. Don Jorge lavolpiano, perderá la presión mediática. Ya tuvo suficiente con este encuentro y, probablemente vuelvan a deglutírselo para el clásico con Boca.
Tití insistió por la salud de Kraneviter, en esta búsqueda de drama/show, acaso consciente de que el negocio debía prolongarse al super, previsto en un par de semanas. Gabriela me había dicho que el cinco se llama igual que un amigo de Suiza, aunque su acento se asemeja más a la querida Paraguay.
Su lesión, fue después del trancazo que le tiró a Mancuello desde atrás, pero eso es humo sobre el agua ahora.
En las primeras mesas de debate televisivo, hay un periodista gallina que dice que el Independiente descendido jugó mejor que éste de hoy (por ayer) Otro, de Racing, hace un análisis sesudo mientras el único Rojo, ataja los penales como quien sabe que basta una manzana, para depositarlo cuanto antes al horno más cercano como obligado bocado.
Los mensajes continúan, pero a quién le importa. Estoy caliente por la derrota, como un pibe perdiendo el juego más estúpido. Dicen que apenas respirás ya empezás a perder, pero la frase tonta no alcanza. No hay que dramatizar, ya lo sé, el fútbol suele darte mas revanchas que la propia vida.
Atrás los goles, el insomnio, de frente, la ilusión de seguir vivo. Y bueno, cueste lo que cueste EL DOMINGO TENEMOS QUE GANAR.

viernes, 19 de septiembre de 2014

El Rojo ya ganó (quién se anima sin el diario del lunes, eh?)

No hay predicciones, ni cábalas, tampoco apuestas tentadoras que nuestros abuelos (cómo no asumir la larga paternidad millonaria con tantos enfrentamientos) intentan para entrar en su trampa.
Hay, eso sí, una incomodidad mediática que en esto de hostigamientos deportelevisivos, los de Independiente ya estamos curtidos.
Ni las 400 lucas que los portales repiten hasta el hartazgo en cadena, en nombre de Moyano, van a amedrentarnos.
"A esta altura de mi vida, no tengo miedo y menos por un partido de fútbol", tira el Rolfi, diez días después de una experiencia de choreo dura y 72 horas antes del partido en el Gallinero.
"Vangioni me va a tener que marcar a mí", provoca Matías que quiere enterrar definitivamente el diminutivo de Pisano.
"De igual a igual", se atreve el Ruso Rodriguez proyectando el encuentro del domingo.
"Vamos a atacar a River como a cualquiera", ratifica Riaño.
"Vamos a ganar", sumó Fede
"Yo juego igual", confesó Tula dispuesto a infiltrarse
"No vamos a especular, vamos a intentar imponer nuestro juego".

Decime Rojo, si con todas estas palabras, no ganamos. Sí, ya sé, falta un detalle: jugarlo. Pero pensemos un año atrás, pensemos la moral, el amor propio. "Le hacen muchos goles", "lo ayudan", "se equivocan mucho". Ya escuchamos ese cancionero y lo aceptamos.
También en la mochila de los últimos partidos tenemos dos goles en tiempo récord, durante tres encuentros, hay uno maradoniano de Fede (el últim
o decime si no se parece mucho a aquel que revolcó al pato en un Boca-River)
Hay uno de pase bochinesco y definición a chelodelgadiana (el de Mancuello en Olimpo)
Hay una chilena de Riaño que emula a una de Norberto Outes, allá por los ochenta (doy fe, contra Belgrano en uno de los Nacionales que ganamos) y hay desbordes de Pisano y desfachatez de Penco, que parecen de otra época.
Hay además menos peso sobre la espalda, como si tuviéramos ganas de levitar. Así, volados e irrespetuosos llegamos al Monumental. Veremos qué pasa con el carácter adentro, como le gusta remarcar al muñeco Galalrdo (ese que también supo hacerse echar a arañazos en un clásico con los bosteros, por no bancarsela) y si...contra los detractores, las miserias, el odio futbolero, contra lo previsible del "equipo del torneo", hacemos como tantas otras veces, que el fútbol esté de nuestro lado.
Pierna fuerte y templada. Vamos rojo.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Lluvia y amor propio

Para los no tan memoriosos hinchas rojos, la lluvia desde hace poco se nos había vuelto un karma. Partidos con cortes de luz, algunas desgraciadas jugadas...y aquel penal de Farías que todavía lloramos.
Sin embargo, digamos que desde este 2014, la lluvia vuelve como bendición. El encuentro con el Globo en La Plata, sirve de ejemplo. Allá, con el ascenso, Pisano y Pizzini incidieron mucho en nuestro retorno.
Ayer, mientras los diarios de siempre ponen el foco en las polémicas e intentan rescatar, a medias, algún jugador para minimizar el aspecto de equipo (otra forma de seguir ninguneándonos como tal), el Rojo volvió a ratificar su ciclotimia, pero también, SU CARACTER. Independiente, queda claro, es más que lo que nos digan, que lo que pensemos, que Almirón, que Aguero, el Bocha, el Ruso y hasta Fede Mancuello. Y no porque debamos prescindir de sus nombres, si no porque día a día, este plantel, castigado, lastimado en sus acciones (todos son muy duros con la defensa, que ha dejado de sufrir en cada centro o tiro libre, respecto de los primeros partidos), como sea, este Independiente quiere evolucionar en serio.
Y ahí, cuando todos especulan con que Federico Mancuello y Diego Rodríguez podrían venderse (es una posibilidad) yo me pregunto: ¿Y si no? Si los pibes, como otros del plantel marcan otro camino?
Si nos dan un mensaje y nos siguen cerrando el pico a los hinchas, a los especuladores del negocio del fútbol y priorizan quedarse? Algo de eso se ven con otros planteles, como el Pincha, Ñuls, Lanús y Vélez. A muchos de sus referentes les cuesta y mucho partir del club de sus amores. En este sentido, no hay que ser ciego e injusto, son muchos los que juegan por amor a su equipo, su grupo, su barrio, su entorno, dejemos de estar todo el tiempo mirando el vaso medio vacío....y recordemos que más allá de dirigentes y técnicos, en el juego también hay un espejo.
En nuestro espejo, el del Rojo de Avellaneda, hay muuuchos pibes con ganas de bancar al equipo en las jodidas. Si a esto sumamos otros tipos con hambre de un plus, de algo más, como el caso del Rolfi (hay que jugar a cinco días del secuestro familiar, eh), Penco con su paciencia (el mismo Pocho), Riaño, deseoso de revanchas, Lucero, poniendo la jeta, Tula el hombro y los laterales bancándose el bailongo para asumir este nuevo estilo mexi-almironado...con todo esto, el Rojo confirma que está de vuelta.
No creérnosla, pero hacerle entender a los otros, esa parte del himno histórico "de pierna fuerte y templada", es principio fundamental, para seguir aprendiendo de la nuestra.
Felicitaciones y aguante Rojo!!!!. Lluvia incluida.





jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Rey Sol o Melinche?

Almirón tiene cara de buen tipo. Paga el costo de reemplazar a un SEÑOR como Omar De Felippe, sumado al bajo perfil, su onda provinciana, norteña, que suele desatar el fastidio de los medios que la van de prolijos pero que cargan con toooodos los prejuicios para quienes no portan perfil latino.
Salvo el caso de ex futbolistas consagrados.
Y Almirón, oriundo de San Miguel, hincha del rojo, de tren-bondi-tren para ver en su juventud al club de sus amores, desarrolló toda su carrera como futbolista en México.
Enseguida, los detractores de Independiente lo pegaron al loco Lavolpe, tipo castigado por intolerante, caprichoso y soberbio, cuando en Boca se encargaron de cascotearle el rancho.
Jorge adoptó para Defensa, primero y Godoy Cruz después, el esquema del argentino y ex seleccionador azteca con buenos resultados.
Al rojo, llegó por la puerta de atrás, más precisamente de noche, de la mano de Moyano y Bragarnik, su representante y hoy por hoy EL representante de las controversias. La motivación del debut por Copa Argentina y el primer partido, lo encolumnaron al éxito;  a pesar de los cuervos (no sanlorencistas, si no los periodistas deseosos de un retorno tembloroso para el rojo, tras su regreso de la B).
Entre ese partido, goleada de local, con buen juego y el siguiente, Almirón, pecó de soberbio y borró a un referente del ascenso, como Matías Pisano, relegó un poco a Pizzini y se olvidó de Bellocq.
Creo que todo esto ya lo conté en un post anterior. A eso se suman las dudas por el Rolfi,  la ausencia del Pocho Insúa (hoy ni tenido en cuenta para jugar minutos), la imposición de los recientes contratados, para borrar a los históricos.
Lo concreto es que entre los castigados x traer la mochila canterana y su obligada demostración de dar una imagen de carácter e independencia, al DT, se le hace complicado el panorama.
Ayudan algunas señales del juego, la solvencia que fue adquiriendo el fondo (donde Rodríguez tiene mucho que ver, a pesar de que Almirón, convocó a otro para presionarlo), la buena disposición de los que entran, un notorio crecimiento de Mancuello y la evidente  mejoría de Montenegro y Penco, mal que les pese a muchos.
Con Quilmes y River, Almirón tiene la doble-chance: consagrarse como rey sol, con sus atacantes laterales y sus  mimados Lucero y Riaño (promovidos por ese insólito estímulo de "flamantes contratados"), más la incógnita de Gómez y sus indecisiones respecto al 23 y a Pisano (¿serán del disgusto de don Hugo, que los ponen siempre "a consideración"). Como contrapartida, Jorgito se puede volver malinche, esa voz obediente de la conquista que fue destruyendo la esencia del imperio azteca, sólo para congraciarse con su jefe.
Ojalá, que prime el buen tipo. Que comprenda, no sólo QUE ESTO ES INDEPENDIENTE, como les gusta decir a los hinchas, si no que aún cuando hay mucho qué perder (con Tinelli ningunéandonos ahora desde AFA, un TyC y FOX esquivo a nuestros logros, el desprecio del Gobierno por su notoria simpatía con RAcing), también HAY MUCHO  PARA GANAR. Claro que este partido, es más difícil que el de Talleres, en Córdoba y todos lo sabemos.
Pero como el mérito del hombre puede trascender lo que suceda en 90 minutos, lo ideal es seguir sumando, puntos, confianza, experiencia, sentido de pertenencia. Entender que los que se bancaron la parada difícil no son villanos, ni que los recién llegados, necesitan urgentenemente, mostrarse salvadores.
Algo tan simple y complejo como convivencia. Compartir las cosas bajo el mismo techo y salir a encarar la vida, es claro, no lo logra cualquiera.
Que el Sol (como decía la canción de aquel vino Trapal), salga para el Rojo.


martes, 2 de septiembre de 2014

No es llanto, es morbo

Y ahí está el Pollo Vignolo sacudiendo durante veinte minutos al árbitro en cuestión tras el clásico con Racing. Después, cuando su programa en Fox se extingue, por si las moscas, agradecerá a prensa de Independiente y a las chicas de la platea que lo trataron tan bien.
Así, de frívolos son todos los comentarios que refieren a la cobertura del club de Avellaneda. Siempre entre risas, siempre de paso, hablan del tiempo, de lo difícil que es llegar a la cancha, del cambio de bombita, de lo que sea.
Algo similar sucede con Bonadeo, con los periodistas deportivos de los noticieros (cuando nos dan bola), ni que hablar de Fútbol permitido, donde desde Alina a Branca se esmeran para quedar bien con el jefe mayor (que no es Cris, si no su hijo). Así como siguen los móviles al Patón Bauzá a propósito de nada (qué feo juegan esos muchachos ganadores de la Libertadores más devaluada de su historia), lo mismo sucede para referirse al ahora resucitado Boca (del miedito velezano cuando visita a los bosteros, ni noticias), del fútbol champagne del muñeco (a quién sacudieron en el primer partido) y la lista puede seguir. Hablan de los mellizos, de Palermo, de Allegre, de la audacia cordobesa. Del rojo, si no es por Moyano, no hay referencia.
Nadie del pasado domingo, se encargó de destacar los ocho pases de su segundo gol, de la abúlica defensa de Racing para defender. Ni siquiera se animaron a hacer un ping pong, porque con todas las críticas al árbitro, quedaba en evidencia que el club vecino no hizo tantos méritos para empatar y que en el juego mostró tan poco como nosotros.
Buscan internas, se mofan de nuestras camisetas (titulares o alternativas), pelan al Oso Arturo y esconden a Sacheri y a Pigna para hablar de fútbol con nombre y apellido: Club Atlético Independiente.
Gozan a los movileros que deben cubrir a nuestro equipo y lo dejan para el final cuando gana. Minimizan buenas jugadas o tiros libres y le dan letra a los técnicos para sumar alevosía.
Allá ellos, acá nosotros, con 23 clásicos de diferencia, 13 años invictos como local, etc, datos que seguro no van a exhibir.
Todos hablarán del codazo de Tula, pero nadie recordará cuando le rompieron el tabique nasal (sugerirán que se lo hizo solo, porque ocultan a los responsables), de la increible mano cobrada a favor de Racing no dirán nada y así, hasta el infinito. Y allá, al final del camino, donde el cielo deja lugar a las tinieblas, hay un diablo que sonríe porque el recorrido es largo y la luz, no es divinidad si no infierno. Allá los esperamos, en la travesía, tienen tiempo para repensar y aceptar que no todo es $$$, ni marketing, ni camas mediáticas, ni obediencia a jefes virtuales.
Hay un club, o mejor dicho dos, que representan a Avellaneda, para los medios, mejor dejar un clásico abocado a su terruño y no revalorizar otros tiempos, donde la ciudad era sinónimo de laburo, de inquietud intelectual, de compañerismo. Hay dos clubes, uno es Racing y no me gusta entrar en esa disyuntiva de negarlo a ningunearlo. Tampoco me gustaron los papelitos que más que sinónimo de celebración, me hacía acordar a sus años lalinescos donde la prepotencia de algún empresario de celulosa, podía más que la búsqueda de un juego noble. No me gusta que tiren papeles y no por pensar como Muñóz en el 78, si no simplemente porque pienso que ratifica el desprecio colectivo por lo palpable, por lo escrito, por los árboles (sí un delirio para un blog sobre el rojo).
Decía (y cierro) que en Avellaneda están nuestros vecinos y nosotros. Ojalá maduremos para que nos tomen en serio los comerciantes del fútbol. Ojalá Racing sea más que los caprichos gubernamentales y nosotros más que los antecedentes y el conteo histórico. Ojalá que, como en la primera fecha, discutamos sobre el juego y sobre proyectos. Por ahora, los llantos son ajenos y tiene mucho de opereta y nada de dolor.
¿Hijos nuestros? ¿nietos? y sí, es verdad, bánquense el folkore y no vuelvan a entregar puntos, eso es cosa de miserables y no tiene nada de sentido académico. Aprendan como nosotros a vencer a nuestros fantasmas y a recuperarnos


en el desprecio ajeno.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Miran y dicen

Desde hace mucho, por razones propias y ajenas, la evaluación hacia Independiente se enmarca en cierto desdén o desprecio a la hora de evaluar, juego, equipo, sustancia y todo lo que atañe al club de Avellaneda. Dejemos para adelante el tema Almirón y centrémonos, a modo de ejemplo, en el trato de los medios en el partido Olimpo vs. Independiente de ayer.

Ellos dicen (sobre nosotros)
Resultado milagroso en tiempo de descuento

En otro caso sería
Con garra y coraje lo dieron vuelta

Ellos:
Dos jugadas aisladas derivaron en los goles

Lo que se vio
Precisa definición en dos jugadas colectivas

Ellos:
Excelente la forma de ¡patear el penal! del delantero bahiense

Nos:
Gran habilitación de Pisano a Sebastián Penco, siempre oportuno
Pase bochinesco de Montenegro para una definición exquisita de Mancuello


Los programas deportivos continuarán refiriéndose a la nada boquense durante 40 minutos, el milagro (impensado para ellos) de River, el buen pie de Racing (con un penal que a nosotros nos hubiese catapultado como ladrones) y las largas notas a Bauza, Tinelli, Lammers y todo lo que represente hablar de un cuervo exaltado por los medios. A Independiente...le dedicarán menos del tiempo que le alcanzó para dar vuelta su partido.
Igual como no pueden tapar nuestro nombre en la Copa Libertadores (los camarógrafos no sabían qué plano elegir para que no se leyera Indepediente), tampoco podrán tapar lo que vendrá.

lunes, 9 de junio de 2014

Todos los morbos demás....

Chistes sobre perros, fantasmas, camioneros. Mufas inventados o redescubiertos, penales y fallos omitidos. Discusiones acerca de merecimientos. En esta, no nos podemos quejar, nunca más oportuno aquello de "todos los cuadros demás".
Claro que los hinchas de Independiente estamos obligados a sumar enemigos extemporáneos que van sumándose, poniendo sobre nuestras espaldas la sinrazón de cierto resentimiento.
La paternidad de don Julio (que en su gestión duplicó los títulos de Boca y River, por los obtenidos en nuestra historia, antes de su presencia).
El odio oficial-racinguista, con toda la plana mayor K, haciéndole la venia a Máximo en nombre de Néstor, alcahueteadas de FPT, dan su aval.
La obesión por hacer caja de los canales Fox y TyC mediante, sumando exponentes de otros clubes en ESPN, cuya bajada de línea en contra del Rojo, se nota desde la indiferencia o la obstinación por emparentarnos siempre con la noticia policial.
El morbo riverplatense, tal vez por esto de no quedar solo en su descenso y necesitar ver que otro grande puede sufrir o estar más abajo de ellos.
El de los bosteros, porque aún los lastima, no saber cómo calzarse el falso mote de rey de copas. Un solo segundo de ingenio, hubiese alcanzado para inventarse otro, incluso más creativo, pero la bronca y las limitaciones no se lo permitieron.
Así, hasta el infinito.
Desde aquí, nos cagamos en los afiches de Moyano, del fanatismo de Noray, de la picardía de los que más nos averguenzan.
Como sea, el morbo continuará. Pero, nuestra hidalguía, aún en el dolor, no se mancha.
 

viernes, 6 de junio de 2014

Subir: Que sea una apuesta de calidad y no un salto al vacío

Ahora, dejemos a los muchachos concentrados, que ellos se enfoquen en el domingo y reflexionemos nosotros. Todos, los que hicieron largas colas, los que pusieron la guita, los que nos sacudieron con el bono, los que ya arman sus serruchos.
Por un rato, dejemos de hacernos los superados que sacan y ponen jugadores, técnicos, dirigentes, proyectos y veamos en serio lo que nos tocó recorrer. Ahora, hay quienes dicen que el mandamás ya pensó en Burruchaga, otros quieren apurar al Gaby Milito, la mayoría se jacta pensando en echar a todo el plantel y no faltan partidarios que miran a otro lado cuando se dice la palabra barra y quieren pasar la escoba con los empleados del Club.
A todos ellos, digámosle que para que el Rojo sea grande en serio, debe asumir lo vivido...y lo sufrido. Y esto no se resume a la palabra Cantero, si no a tanto tiempo de hipocresía, de esperar un guiño de quien a partir de ahora, podría convertirse en nuestro innombrable (sí, el señor del anillo, comprador de voluntades) y valoremos a los que se bancaron la parada difícil.
Ojalá que la cuestión electoral no sea una campaña de roscas, que no haya espejitos de colores como ofertas, que vayan en cana los que nos dejaron una deuda inmensa, o si quieren volver que se hagan cargo y la paguen.
Ojalá que el plantel siga unido, que no nos mareen con nombres imposibles para incorporar. Que el selectivo sea un verdadero semillero y que Milito y don Omar, armen un tandem infranqueable.
Que los que queden ratifiquen por qué aman a Independiente y que los líderes históricos se sientan partícipes también de esta hazaña y se sumen a las filas para ser consultados en serio.
Ojalá que aquello de ser enormes se ratifique, no sólo con la paciencia del hincha, la tolerancia, si no con la recuperación del paladar negro, que no es putear a todo el mundo si no trabajar para que el fútbol que nos caracterice vuelva a ser esa mágica combinación de calidad y potrero.
Salud Rojo, salud que no es solo un brindis, si no algo que tantos después de tanto, nos merecemos.

lunes, 2 de junio de 2014

Guapeza silenciosa

Arrancar por el final, don Omar (De Felippe) mira al campo con ojos húmedos. Se ignora si son los fuegos artificiales que la gente de Instituto prendió después del uno a uno, nuestro empate. Pero quién es capaz de dudar que el tipo que de mirada adusta y de perfil serio, parece conmovido.
En verdad, faltan dos minutos para que termine todo y ya Penco dejó su huella. Faltan dos, pero ya van más de 40 en los que el Rojo desarrolló acaso el mejor segundo tiempo del campeonato.
Hubo toque, guapeza de pibes y adultos.
Ya Tula se sacó la máscara porque, a pesar de mantenerlo por prescripción médica. El juego, sintió, demandaba otra cosa.
Ya Bellocq dio muestras suficientes de que ser cinco, no siempre refiere experiencia, ni exageradas exquisiteces (por recordar al miserable colombiano que nos dejó), si no hombría y sacrifici
o.
Hasta el silencioso y paciente Monserrat, tuvo su chance, ratificando que la paciencia de los bueno
s tipos dan frutos, a la larga. Qué suerte que, entre esa irresponsable, aunque necesaria pero desprolija limpieza, el pibe se quedó de nuestro lado.
Ya el Rolfi ratificó que, entre lagunas, reproches y ausencias, la camiseta del rojo, les guste o les moleste a quien quiera, es parte de su/nuestra historia...y Córdoba, siempre le sentó bien.
Ya el Pocho salió exhausto y Pisano se dio el gusto de jugar hasta el final, al mismo ritmo que Fede Mancuello y el esforzado Gabi Vallés. Ya Zapata los corrió a todos y se bancó desprolijamente una parada complicada, por su pasado en Belgrano.
Qué más decir del Ruso Rodriguez, verdadero estandarte de este equipo y un capitán como pocos, presente siempre que se lo necesitó.
ODF no se achicó y le dio la chance a Adrián Fernández, para que sume opciones de gol. Entre todos, superaron las diez chances netas, pero la que rindió fue la motito del larguirucho Sebastián. Curiosidad o no, desde su homónimo, Pascualito Rambert, que no recordábamos un festejo con firma propía, aquel avioncito nos deleitó hace veinte años y ahora, el grandote arrastrando un manubrio imaginario nos devuelve una alegría banal, pero necesaria.
Atrás cerramos los picos de tanto malicioso. Una mano a favor no cobrada, un agarrón a nuestro número 9, el llanto de los jugadores de Instituto primero y de su técnico, Jiménez despuès, demuestra que la hidalguía no tiene nada que ver con ganar o perder. Es de hombre llorar, si no lo creen así los triunfalistas o hipócritas ganadores que sólo se muestran con viento a favor, sin hacerse cargo de los dolores. Dolores genuinos, pero que siempre sirven y ayudan a crecer y creer.
Queda un partido para demostrar que una cosa es una mancha y otra, las cicatrices. Pero eso, vendrá después del domingo. Por ahora, a gozar de la guapeza silenciosa, de logros que no ocupan minutos en noticieros, ni líneas en los diarios, pero que son enormes en el corazón de los que nos sabemos grandes, por historias, por golpes, por este durìsimo y largo presente, que ya tiene buen puerto.
Les guste o no a los detractores.

viernes, 30 de mayo de 2014

Bancarnos todo...y más

 Así como muchos sostienen que jugar en el Rojo, no es para cualquiera, sumando además estas instancias claves, Omar De Felippe, dixit, seamos sinceros y digamos que también ser hincha de Independiente exige un espíritu y un temple, a prueba de todo.
Hacer un resumen sobre el destrato o maltrato de los medios, los hinchas del fútbol en general, a esta altura sería aburrido y en nuestro caso, digamos que suma poco y nada.
Qué decir de las redes sociales, donde con idiotas útiles propios (twitter de Noray o Facebook  de Bebote, por dar ejemplos evidentes), como mal lechosos externos: periodistas que responden a intereses comerciales, o que se atan sólo al formato de las "obligaciones marketineras" para sostener a los devaluados grandes de la Argentina, adictos al morbo de pegarle a un club siempre odiado,ratifican que la camiseta del rojo "se tiene que transpirar afuera y adentro".
Entonces vemos como un informe de 6,7,8 intercala un fantasmita a propósito de nada, a sabiendas de Máximo K y Diego Gvirtz; o cómo La Nación con sus editores emblema, de claro corte racinguista, aunque el odio es inconmensurable. Hay lobbystas pinchas, resentidos de clubes del interior, bosteros que cargan con el karma de no ser reconocidos como Rey de Copas (si se quieren atribuir tamaña descripción, están obligados a hacerlo dando explicaciones), etc.
Durante poco más de un año, a nosotros nos tocó (bah, nos toca) seguir sufriendo. Entonces, nuestros méritos de aceptar ejemplarmente la derrota, de contar la situación del club con la medida justa de las cosas, a partir de un técnico que no vende humo, de respetar a rivales menores, sin ningunearlos (acaso el gran defecto del plantel, pero cumpliendo con la máxima del himno de Independiente cuando dice 'no tenemos avaricia'), de pagar los costos al suponer que podíamos acabar con las mafias del fútbol, de arreglarnos con los pibes, de ser olvidados o manoseados por la televisión (sin cobrar derechos y rotándonos a cualquier hora), con todo esto, seguimos vivos.
Por eso, a esta altura, valoremos la motito de Penco, los gestos y las gracias del Pocho, la mirada seria del Rolfi, la desfachatez de Pisano, los pedidos de Valles para subir siempre, la garra del resto, la madurez de Rodriguez y sobretodo, el silencioso aporte que desde cada lugar solitario, cada uno de nosotros, hinchas rojos, seguimos bancándonos todo y más.
Las falsas u oportunas amenazas en la escuela del club, los jodidos comentarios de los opinólogos que ven transa en un torneo donde, sin llorar, padecimos todo. Habría que ver cuántas veces echaron a don Omar, para ratificar la fortaleza de un plantel que, sin dudas calló o masticó su bronca, sin victimizarse.
Salud Rojo, salud a los hinchas, salud a los valientes, o sea, a todos nosotros que, lejos de la picardía, la cosa ventajera o canchera de aprovecharnos de los beneficios del poder (eso que muchos sugieren pero nunca pueden demostrar), seguimos solos, soñando con un regreso pronto, sin ruido, pero con muchas nueces. Felices del sueño cumplido.