domingo, 17 de diciembre de 2017

Los Leones de Ariel







Alguna vez, quizá, se te va la mano
Y las llamas en pena invaden tu cuerpo.
Y caes en manos del Ángel de la soledad
Y él, gracias a Dios, tampoco cree en lo que oye.
Por mis penas bailá. Y por tu soledad. 

Es miércoles 13 o domingo 17, poco importa el día, si lo que cada uno de estos números significa.
En el reconto de este lapso las imágenes y los testimonios de los leones, como le gusta decir a Ariel Holan, o de los gladiadores, como rebautizamos todos al plantel del Club Atlético Independiente por el emblemático saludo que ya les pertenece, sus testimonios decía, los ratifican.
Y cada tipo que pertenece a este baile coronado en el Maracaná, representa una historia de vida. Personal, solitaria. Acaso por esto uno comprende taaanta felicidad.
El peso de la angustia individual ya es historia.

Y en esa revisión que dan ganas de hacer se ratifica que desde el primero al último, hay bailes personales, adversidades de esas que te marcan.
Qué se yo, por ejemplo las lesiones.
Ahí se lo ve a Leandro Fernández imponiendo su pasito y coronando al hombre que lo dejó en el banco. Igual hay alegría, ni reclamos, ni camarilla, si no un respeto que sólo se gana cuando la confianza trasciende el verso mediático.

LeanLove mismo lo dijo "vengo de una lesión brava y me quiero quedar".
Acaso por eso lidera los festejos con el Galgo Jonás.
Jonás, quién mejor que él para describir el dolor.
El tipo que le ganó al cáncer, que sacó a su equipo inglés del fondo, para qué éste después lo despidiera con un destrato inusitado. Jonás baila y sus compañeros lo siguen. Señala un camino, mucho más importante que la Sudamericana.

Y ojo que hay para todos los gustos. Lucas Albertengo con sus ganas de quedarse a pesar de todo. Otro que la lesión lo puso en un umbral de mierda.  El experto en estadísticas Rodrio S Volpi tuitea con picardía que el flaco deglutió "393 turrones, noviembre fue el mes donde más consumió, 47 en todo ese mes".  Entró por Benitez y jugó de cuatro, de 7, de 11, de lo que fuera con tal de estar.

Los ejemplos cunden adentro. "Recuperamos el espíritu amateur", asume Juan Manuel Sánchez Miño, tipo que se embanderó con este equipo después de recibir los primeros palos. "Menos mal que entré si no me desgarraba en el banco", bromea. Atrás, bien lejos la mala vibra de los malaleche. Hoy es más nuestro que nunca.
"Dejame por lo menos un cuchillo", pide el Capitán Nicolás Tagliafico ante una hipotética gesta heroica imaginada por algún periodista que le propone luchar con escarbadientes contra viento y marea.
Dos cabezazos suyos en las finales y una venda en la cabeza, acalla a los históricos de la Selección que desde los estudios de televisión se venden como los últimos cultores de la actitud.

Taglia también la pasó mal hasta consolidarse. Hasta su pase del taladro al Rojo - su incorporación-, fue todo incertidumbre. El vio además desfilar a expertos de vestuario y de tácticas, además de espaldas supuestamente anchas (como Gabi Milito), irse en silencio.
Debe saber mucho sobre nuestro costado-pesadilla de Independiente.
Por eso es capitán.
Y si se trata de espera, qué decir de Gastón Silva, con un pase stand by entre Torino y México.
Casi dos meses entrenando solo. Y Nico Domingo con el recuerdo de su fallida final de Libertadores.

Torito. ¡Torito! El Diego Rodríguez cuya coincidencia nominal también lo puso al borde del exilio como el despedido Ruso, dueño por historia interna del nombre y apellido dentro de la casa, se sobrepuso a los prejuicios y a las secuelas de una riesgosa segunda lesión.
Torito se quedó y acalló a hinchas y hasta a Ariel en eso de demostrar que él no era como los borrados, que el clavo de su lesión, lo podía dejar medio rengo pero así y todo se quedaba para pelearla. Ahí está, entre los más contentos y justo ganador.


Campaña, otro que bancó la parada sin respaldo. Allá van todos los jugadores a abrazarlo al Ruso en un partido y el yorugua solito, sintiéndose más desprotegido que hincha rojo de madrugada por Copacabana.
Su infartante gambeta ante los delanteros cariocas y ese guante revoleado para frenar el falso despertad del Flamengo, lo transformó en un copero de pura cepa.

A baldecito Benítez le perdonamos su tozudez. Sin su guapedada ante Atlético Tucumán, la historia hubiese sido otra. Además intentó en la final no amedrentarse y aunque el físico lo traicionó, las lágrimas del experimentado más joven de la casa, tuvieron su premio. A Nery Dominguez nos gustaría darle una oportunidad más. Su alta cotización, se volvió un karma, aunque se lo vea feliz.

El Puma Gigliotti no necesitó rugir para ratificar su entereza. Si coronaba la noche con ese gol de lujo, probablemente los periodistas sedientos de sangre, iban a dejar de hablar de aquel penal.
En verdad, no quieren recordárselo por su fallido, si no pasarle factura en modo "mirá que vos venís de Boca". LTA para ellos también, el 9 ahora no se quiere ir del Rojo. Y agradece, liderando la fiesta.

Al vasco-venezolano Fernando Amorebieta, las cosas le suceden como un regalo de la vida. "Es mi primer título profesional", dice quien estuvo ahí de la Europa League. La Grulla se dejó convencer por el Maestro Napoleón y es uno de los que ratificó los aciertos del ex profe de hockey. La salvada en el minuto 93, ante la mala salida de Martín, vale un montón aunque el festejo y la euforia la minimicen.

Del ex Barquito qué se puede decir. Estuve en la cancha cuando marró el penal contra Lanús, donde por primera vez en la historia del club de mi vida, vi cómo la gente bancó igual su esfuerzo y la valentía del equipo, a pesar de que tal error nos dejaba provisoriamente afuera de todo. En Brasil Ezequiel Barco fue un león de verdad, si me permiten, me atrevo a decir que ni el mejor del mundo, exhibió tanta autoridad en las finales de Selección, como lo hizo este pibe de 18 años.
Cómo me gustaría que fuera nuestro Bochini 2.0 Pero se va.

Lo de Fabricio Bustos y Alan Franco fue infernal, literalmente. De dónde sacaron tanto compromiso y convicción? Supongo, aunque hoy nadie quiera decirlo...del corazón de Gabi.

Pienso en Erviti y su dolor por quedar malherido de su salida con Banfield y toda la agresión de sus ex hinchas, más los nuestros haciéndose los CEOS, en esto de sentirse pipones y con autoridad de poner y sacar jugadores como si nada. Desde adentro, dicen los compañeros de Walter, las palabras del 10 y su visión del fútbol también fueron clave.
Maxi Meza le agradecemos sus lujos y esa manera de cerrarnos y cerrar el pico a quienes desesperadamente necesitan ponerle la estructurada ubicación dentro de la cancha.
El exquisito de caños y mandadas en cualquier sector de la cancha, jugó de menor a mayor. También su llegada fue controvertida. Es más, no sé si estaba seguro. "La duda, decían, es la jactancia de los intelectuales" y agrego, "la virtud de los que se animan, a pesar de no tener certezas".
Gonzalo Rehak, Domingo Blanco, Gastón Togni y Ezequiel Denis, por nombrar a algunos de los que representan la esperanza y lo que viene, seguramente transiten el peso de la soledad, aunque con referentes de contención cerca. Nicolás Figal y Francisco Pizzini, también son parte. El dolor de vivir todo esto de costado, seguramente acrecentará sus garras.


En las antípodas, sin dudas está Damián Albil. El tipo que manejó con clase el clásico más complejo demostró que en esto de dar pelea, no todo pasa por el marketing ni el amiguismo. La experiencia, aún con bajo perfil, siempre cuenta.
A esta altura creo que el único que tuvo certezas y fue mirado con sorna, es el mentor de esta historia.
Ariel Enrique Holan.
Decir que "con espalda no alcanza" o que "había que limpiar un par de jugadores", o que "el Rojo de Bochini no existe más", palabras más, palabras menos, fue suficiente para ganarse el odio de toda la parcialidad y el deleite de los detractores externos.
Drones, un cuerpo técnico Numeroso, un discurso que incorporó la idea de táctica y entrega (algo que a muchos amargos los pone nerviosos) y su firmeza para bancar a los pibes en el plantel y borrar a quienes "no quieren quedarse a pelearla" comenzaba a dividir las aguas.
En contra estaba su pasado con profe de hockey, como ex ayudante gallina, las críticas de Burruchaga, los palos de Bertoni y los austeros resultados en Defensa. La idea de vendehumo dejaba satisfechos a aquellos que buscaban una nueva manera de denostar al DT y, por consiguiente, a la historia de Independiente.

Los resultados se fueron dando de a poco, Independiente, aunque les costó mucho reconocerlo a toda la parcialidad, hizo una excelente Copa Sudamericana. Difícilmente imagino su consagración, si
bebote hubiese seguido paseándose por nuestro mundo como si nada.
También esa batalla ganada (parcialmente) es todo Ariel Holan. En esa, el tipo como sus leones, también debió pelear solo. Y en ese ejemplo, uno ve a las glorias sumándose a su avión y piensa cuántas batallas debieron dar en soledad, quizás a ciegas. En distintas etapas de la vida roja, TODOS fueron ratos más o ratos menos, DTs de Independiente y salieron heridos de muerte. El Bocha, con Carlitos Fren, el ahora converso Daniel Bertoniel ChivoPepé Santoro. Todos hoy sobrevinieron a tanta adversidad. A esa injusticia de dirigentes porongas, que se aprovecharon de sus logros para intentar salvaguardar un falso prestigio como eventuales presidentes del club.
De eso también se acordó Ariel de la soledad de estos tipos.
Y con todos ellos (el hijo del Bocha fue en su reemplazo) partieron a Brasil.
Y la vuelta, y el extasis. Y Sanchez Miño cantando con Nico Tagliafico, Torito, GigliottiJonasFernández, Nery Domínguez. Todos se ríen de la Academia. Pero un ratito.
La gesta es más grande que el entrañable vecino.

"Porque tenemo aguante, aguante de verdá vamos a dar la vuelta en el Maracaná", se impone a todo lo impensado.

El mítico saludo, tiene nueva firma. Lo mismo que la Copa, que la última vuelta.
Son todos ex solitarios convencidos. Amateur, llamémoslo, tipos que creen en segundas oportunidades. Todo esto a diez años del logro de Mohamed (el último DT echado por la barra tocándole la marcha fúnebre en el estadio, recordémoslo)
El Turco declaró no hace mucho tiempo "El fútbol siempre te da revancha, la vida no". Acaso por eso también celebramos todos. Dejemos que el juego nos haga felices, mientras dure. Nuestro equipo no está más solo. Hay un sentido colectivo.
Nosotros tampoco nos sentimos solos.
Volver ya es un hecho.

Salud Rey
Salud Ariel.
Salud Campeones.
Salud Independiente Campeón .
 

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