jueves, 17 de marzo de 2016

A la sombra de editores deportivos

Nos eluden, o mejor dicho, nos esquivan como pibe torpe tirando ingenuo su primera gambeta. Es decir, no nos nombran, pero se les nota. Y ahí va la nota de Messi anunciando que sólo jugaría en Ñuls, una semana después de que el último referente de Independiente se atreviera a recordar cuando un tiempo atrás supo engatusar al mejor jugador del mundo, con la idea de sumarlo al Rojo.
O sumándolo a Azzaro al Bailando, gesto que habla peor del convocante, que del convocado. "No te nombro, pero sabés que hablo de vos".
O cuando intentan forzar otro rey de Copas, ese que se arrastra por las canchas, impulsado por billetes y marketing forzoso desde antes del nacimiento Pro.
Y te acuestan el arco con una edición de lujo para mostrarte que la pelota de tu rival entró, una cámara que se mueve cual jueguito de video, dado que la reiteración no convence. Sí, lo de Cuesta estuvo bien pero no alcanzó.
Y todas las metáforas pobres, por no decir bobas, que sirvan para un juego de palabras con la cebolla.
Y a no destacar que un jugador optó por permanecer toda su carrera futbolística en el mismo club, no sea cosa que debamos referirnos al Bocha, ese al que Iniesta le hace honor. Iniesta y Messi resumidos en una sola persona que lleva la camiseta roja.
Y a mofarse de los arqueros de buen pie, bueno, digamos que a los editores advenedizos beneficiados con los cheques voladores, se agregan los partidarios que intentan ser más hinchas que los que se formaron en el club.
Y les duele que tengamos un DT que no se coma las eses, que represente a un Mister pero gustoso de dirigir al club de Avellaneda.
Y te gritan que Milito hay uno solo, cuando la sola frase demuestra que es otro, el que no se puede nombrar, que tiene peso propio, por más pergaminos les compre don Blanco. El otro, aprendió de Pep, el que es uno solo, ganó con Mourinho.
Por ahí leo que el volante de central acusado de mufa, es rebautizado diablo rojo, para hacer honor a nuestra referencia miserable.
También leo notas sobre el mal de todos los males en la AFA y apuntan al club de mis amores. Ningún interrogante acerca de Burzaco, Clarín y su socías don Julio. Esos que desde el nuevo milenio le sacaron provecho y mucho al futbol televisado (con o sin goles secuestrados)
Y los que miden el rating, esperan una indicación del mejor postor, el que hace los deberes para el cargo máximo (aunque se desboque o destuitee en la cancha), el que por arte de magia hizo desaparecer a los apretadores de Pezzota y hoy simula hacerse la señal de la cruz cuando les recuerdan sus barras. El flamante panqueque k en el congreso que le dio el campeonato a su equipo y el ascenso en los negocios al representante mexicano (haciendo foco en nuestras incorporaciones, claro, no en negocios Boudandosos o con sabor a Cocca), Máximo acierto, o aTitinado.
Y más allá de mensajes encriptados, quien vive a las sombras es nuestro Lucifer, el Diablo, Rojo, bien Rojo, ese que no merece bendiciones papales y, aún en la oscuridad, sabe que no contará con ellas.
El que está ahí para recordarnos que lo bueno pasa por otro lado. El que nos enseña el camino aunque digan que jugamos mal en un 4-1 o 3-1, el que obliga a El Trece, a poner comentarista y relator proacadémico, no sea cosa que el televidente confunda lo inconveniente con lo bueno.
El que no se puede nombrar pero nos representa, en una jugada endiablada, en un triunfo demoníaco, en un resultado impensado (si el pensamiento es lo bueno, lo impensado, también nos pertenece) No por nada, a Diego y a Lio, lo vieron de chiquito portando una camisetita incómoda, también a Gardel, incluso hay una banderita que vaya a saber qué mano siniestra, se coló en el Apolo XI, para que ésta, fuese clavada en pleno alunizaje. Cuentos chinos o del diablo.
Ahora, si se desmancan sus candidatos: Rosario, por caso, cuya gasolina podría extinguirse en nuestro juego; el cuervo de Guede, tan verticalmente piropeado, el Boca muletto de los Melli (ese juego sí que se ve feo ¡y fue campeón!), el vecino observado de Sava (¡cómo lo putearon los muchachos del cilindro!), el ahora sí juego bonito de Almirón (sin traje rojo, es otra cosa), el Pincha, qué grande Defensa, qué bien se para el Arse y sigan los elogios que no encontrarán una sola mención, salvo que algún escándalo lo indique....
Si todos ellos se desmancan, empezaremos a abrir el paraguas, que es un torneo de mierda, que don Julio o su heredero lo hicieron para el Rojo, que es un bolonqui lo de las zonas, que estaba armado para los amargos (aún cuando los penales se los den a otros) Y entonces, a sus pies rendidos, cual león, apelarán al bobín diablo que metió la cola.
Aunque la maldad del paladar negro, se caga en metáforas para títulos berretas.
Qué nuestro diablo se ampare de ustedes.
Y sigan ignorándolo, lo bien que nos hace.




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