martes, 22 de septiembre de 2015

Cebolla, el Chichongo y el por qué de venir al Rojo




El Chichongo. Así se llama el campo que posee en las afueras de Juan Lacaze, pueblo uruguayo donde nació Cristian Rodríguez hace 29 años. El hijo de Carlos, empleado de una papelera, y de Viviana, ama de casa, soñaba desde pequeño con ser jugador y comprarse un establecimiento que reuniera sus pasiones: familia, caballos, asado, mate, candombe y fútbol. Siendo un niño, lleno de ilusiones, caminaba por las calles junto a un amigo inseparable: “Chichongo era un perro de mi infancia, muy conocido en el pueblo porque iba conmigo a la escuela, al campeonato de bolitas y a la playa. También me acompañaba cuando jugaba al fútbol, era mi mascota. Por eso, en su honor, le puse el nombre a mi campo”. El 10 del Rojo es un tipo familiero, que se aferra a sus raíces, y conserva el carácter forjado en el barrio, donde surgió la picardía y el coraje para jugar.
-¿Qué te genera estar en el campo? 
-Primero es un entorno muy sano, que siempre me gustó. Me apasiona todo lo que tiene que ver con los caballos. Además, estoy con mi familia y lo disfruto al máximo. Allí practico la tradición gaucha y mi futuro será trabajando en él.
-¿Cómo es la celebración gaucha que organizás? 
-Hace siete veces que realizo la fiesta del gaucho en la ciudad. Hay destrezas con caballo y eventos musicales. Es a beneficio de instituciones de quimioterapia y de discapacidades de la zona. La verdad que ha funcionado porque la gente se arrima y colabora.
-¿Cómo es tu pueblo? 
-(Sonríe) Hay una canción que dice: “Visítelo a Juan Lacaze y le aseguro que no se irá más”. Es una ciudad donde se vive el fútbol y en cuanto a las actividades depende mucho de la fabricación del papel y, años atrás, de la pesca. Es un pueblo lindo porque tiene costa, fútbol y candombe. Allí están mis amigos de la infancia, mis familiares. Y lo bueno es que todos nos conocemos. Por esa razón, cuando tengo vacaciones siempre voy para allá.
-¿Sentís que representás a Lacaze cuando jugás? 
-Sí, me gusta nombrar a mi pueblo. Siempre me decían: “Vos sos de Colonia”. Y yo les aclaro que soy de Juan Lacaze, que pertenece al departamento de Colonia, pero que está ubicado a 45 kilómetros. Es que hay cierta pica, ja.
Cebolla es un futbolista de nivel internacional, ganador de 17 títulos. Jugó en Peñarol, PSG, Benfica, Porto, Atlético de Madrid, Parma y Gremio. Sin embargo, a su currículum le falta un ítem importante: el fútbol argentino. Allí aparecieron el Rojo y San Lorenzo, aunque el charrúa no dudó al definir.
-¿Por qué elegiste jugar en Independiente? 
-La decisión fue muy complicada porque gracias a Dios había muchas ofertas. Mi idea siempre fue jugar en Argentina. Elegí venir acá por el calor y la pasión de la gente. También porque hacía diez años que estaba en Europa, entonces hablé con la familia y era un buen desafío. Le consulté a Victorino y a Viruta Vera sobre el club y firmé.
-¿Qué significa llevar la 10 del Rojo? 
-Muchísimo. Es la camiseta de Bochini, el máximo ídolo de Independiente que ha ganado muchas cosas y eso se respeta. El hecho que use la 10 no quiere decir que haga tres o cuatro goles por partido o que llegue a tener la historia de Bochini en el club. Creo que es muy difícil, casi imposible, igualar la historia de un fenómeno como él.
-Pero tu llegada encendió la ilusión de la gente, ¿cómo lo tomás? 
-Implica responsabilidad. Uno es consciente de donde está. Por eso, tiene que laburar como lo hizo siempre, por más que el hincha piense que puede hacer muchos goles, yo sé que no es así. ¡Ojalá que pueda hacerlos! ¿Quién no quiere? Yo trabajo para estar bien, para jugar y aportarle cosas al equipo.
-¿Qué sentiste al convertir tu primer gol? 
-Fue una doble felicidad porque el equipo quería ganar un partido que estaba muy cerrado. Por eso, hacerlo sobre la hora y vencer a Chicago vale mucho.
-Al festejar miraste hacia la tribuna, ¿se nota el aliento del hincha? 
-Sí, se siente mucho a la gente de Independiente. ¡Y más cuando están entusiasmados! Es muy bueno tener gente que te apoya todas las semanas. Uno labura para uno y para dejar el máximo por ellos.
-Contaste que terminaste acalambrado, ¿cómo te sentiste al otro día? 
-Cansado porque hacía tiempo que no jugaba 90 minutos. La verdad que me sorprendió jugar de arranque. Yo pensé que iba a entrar un ratito en el segundo tiempo, pero me tocó jugar y había que darle para adelante, nomás.
-¿En qué nivel físico y futbolístico te encontrás? 
-No puedo decir un porcentaje, pero sí que me siento mejor. Ahora estoy contento porque he podido jugar estos últimos dos partidos sin sufrir lesiones.
-¿Para qué están? 
-Independiente está para hacerle frente y jugar de igual a igual contra cualquier equipo. En este plantel hay fuerza, hay calidad y un grupo bárbaro. Estamos para pelearle a todos.
(diario Olé)


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