sábado, 3 de agosto de 2013

Como una novia

Va a ser difícil escribir, dice uno de los socías de este blog y con razón, después de, como nos gusta a decir a nosotros los hinchas del rojo "tanto dolor de ojos". Sin adentrarse en el partido, la idea es referirse a las circunstancias de éste, nuestro primer partido con un equipo recién ascendido al Nacional, o lo que diríamos en otros tiempos, casi de la C (sin faltarle el respeto ni mucho menos).
Aprovechando la metáfora de Kill Bill, o siguiéndola, el Rojo juega como esa novia de Quentin, que quiere tapar con un proyecto ingenuo, pequeño, pero noble en lo que refiere al ritual religioso, TODA LA CARGA que lleva sobre sus espaldas. No sé si vendrán cuatro a cagarnos a tiros, pero sí queda claro que el tiempo de la ingenuidad se extingue. Y eso no tiene nada que ver con jugar bien o mal.
La primera frase que se cruzó con mi socías y amigo, adelantándonos al calvario que nos toca (crónica de un fiasco insoportable) fue eso de "la lucha es de igual a igual contra uno mismo...y eso es ganarla".
A  ambos nos recontracabe porque siempre nos paramos del lado del fracaso, porque sabemos que este partido es el más difícil de la vida (si no el único) pero bueno, ahora corresponde el club de nuestros desvelos.
También pensé, después de tanta máscara diabólica, con la de la B, antecediendo el presente, que no nos queda otra que volver a SER DIABLO, pero con todas las letras. Ningún marketing, ni ese que tira chupetines (que me disculpe peor a mi nadie me saca de la cabeza que es una piedra, de hecho se llama Julio). Lo concreto, entre tanto franciscano, que ser diablo es un camino. A saber:
El diablo confunde, disimula, seduce, asfixia, parece que está de tu lado pero sólo busca su principal propósito, que sucumbas a sus pies.
En este sentido nos faaaalta y mucho. Los pibes de Brown, haciéndose los  moribundos, explusando a nuestro mejor jugador, abusando del tiempo, coqueteando con eso que algunos podrían describir como árbitro (yo pensé que eso era una vocación, no un aprovechamiento de la suerte, qué falto de calidad, no da ni para buen hombre)
Bueno, siguiendo, nuestra diablura se parece más a ese equipo insoportable que, sí tenía al Bocha, pero también a la Chancha, Galván, Enzo, Magu, el japonés, hasta Pagnanini. Pero como me voy hartando de hacer historia todo el tiempo (con o sin casaca), propongo que abandonemos las cartitas sensibleras y volvamos a ser insoportables. Francamente no sé si Brindisi está hoy a la altura de ese desafío, aunque uno lo supo bicho en diferentes circunstancias de su carrera. Cantero, en tal sentido, es una incógnita. También debería ser insoportable y no abandonar eso de patear el tablero. Yo creo que la súplica de la habilitación de nuestras incorporaciones, se pagan.  Con Maglios, prensa,  cuervos y máximosk rasinguistas mediante.
Yo creo que hay que hacer un plantel duro, unos pibes como el Mariscal que aprendan a no tener contemplaciones y que como el Barza, pisoteen con goles al enemigo.
*Una imagen fue la del árbitro dejando tirado en el piso a uno de ellos por simular y uno de los nuestro cediéndosela, turbado quizás por el único y solitario desparpajo del hombre de negro. Clemente el nuestro, bichos los otros. Clemente suena a buenudo.
O quizás, todavía la bala de Bill (Caradine) todavía sigue en el cerebro de este ser que aún no entiende de venganzas. Futbolísticamente hablando. (O no, diría el diablo).


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